Los Roles del Cortejo III: L@s Demandantes de Cariño

Hoy os quiero hablar de uno de los roles que más he podido analizar a lo largo de mi vida y que me genera, a su vez, mayor rechazo dentro del abanico de posibles personalidades y máscaras que se dan en las relaciones interpersonales con carácter de apareamiento. El perfil de persona Demandante de Cariño. Como su nombre indica, el Demandante de Cariño es la persona que busca, debido a diferentes factores, llenar una carencia de cariño a través de diferentes estrategias que desgranaremos hoy.

El Demandante de Cariño en realidad no sería un rol, sino un rasgo de personalidad derivado de una baja autoestima patológica, que puede hacer que estas personas adopten diferentes roles persiguiendo su objetivo: obtener dicha autoestima o sensación de ser querido, aceptados o amados.

En primer lugar, lo que hay que decir que es todos los Demandantes de Cariño tienen una misma característica: Autoestima destruida. Personas que se sienten inferiores, no se quieren nada y tienen una imperiosa necesidad de ser aceptados, queridos y amados. En todos ellos, la vía para poder incorporar ese cariño y amor que no se profesan a sí mismos es a través de las relaciones de pareja, en la mayoría de casos. Todo el mundo podemos ser en algún momento dado DdC, el problema es cuando ese estado se convierte en un rasgo estable de personalidad.

¿Qué tiene de malo un auténtico Demandante de Cariño? A priori, entiendo que os podáis hacer esta pregunta ya que una persona que necesite cariño no tiene nada de malo, todos necesitamos cariño porque está en nuestros genes tanto la necesidad de dar como de rebir. El problema es que un Demandante de Cariño sería el extremo patológico, alguien que no es capaz de generar por sí mismo suficiente autoestima cosa que le puede llevar a desarrollar conductas absolutamente disfuncionales.

Suelen ser personas egoístas y adictas al refuerzo externo. Siempre querrán más y si ven peligrar la fuente externa de cariño, podrían poner en marcha toda una batería de estrategias más o menos lícitas para conservar esa fuente, independientemente que haya o no sentimientos, además de poder desarrollar conductas obsesivas hacia la fuente de refuerzo. Además, el DdC suele ser bastante adicto al auto engaño, con lo que son personas bastante hipócritas, es decir, dicen pensar cosas en relación al funcionamiento de la pareja muy tradicionales y "políticamente correctas", pero en realidad lo hacen como proyección represiva hacia la pareja.

Es por ello imprescindible estar muy atentos ya que, en ocasiones, el Demandante de Cariño es muy fácil de detectar, pero otras aparece muy bien camuflado y hay que andarse con ojo. 

Un Demandante de Cariño nunca construye una relación con alguien porque realmente cree que es la persona con la que compartir la vida y que puede complementar su vida ya de por sí plena. En estos casos, lo que suele ocurrir es que se está con una persona para que pueda llenarte esa carencia cuasi-patológica de autoestima, da igual si es compatible contigo, tienes algo en común, concuerda con tu estilo de vida, etc. El DdC normalmente se auto engañará para hacerse creer a sí mismo que se ha enamorado locamente y que están hechos el uno para el otro, lo que le llevará a tener sucesivos fracasos de pareja, con el consiguiente menoscabo de la ya de por sí maltrecha autoestima, entrando en un bucle autopoyético de retroalimentación.

Un DdC , normalmente cuando está en pareja, difícilmente reconocerá que su relación está mal, porque prefieren estar mal que solos y tenderán a maximizar y exagerar lo bien que está su relación. Su inseguridad les hará ser personas celosas y posesivas. Raramente tendrá agallas para dejar la relación, y solo lo hará a través de la táctica del mono. Esta táctica, que recibe su nombre del símil del mono viajando por la selva (no deja una rama hasta que no tiene otra bien agarrada) consiste, como bien dice su nombre, en dejar una relación si, y solo si se tiene otra relación ya apalabrada.

Otra característica transversal a cualquier DdC muy extendida es la necesidad de tener animales de todo tipo para generar una situación ficticia de amor recíproco, de que alguien depende d ellos y ama incondicionalmente al DdC.

Sé que muchos lectores se sentirán directamente ofendidos porque tienen animales... pero en mi opinión, tener la casa llena de animales denota algún tipo de carencia afectiva o conflicto no resuelto, no nos engañemos. Está totalmente aceptado y normalizado la posibilidad de tener un perro grande en un piso de 60 metros, o la casa como si fuera un zoo, pero no por ser socialmente aceptado tenemos que mirar hacia otro lado. Señores, un bóxer o un pastor alemán es un perro que necesita correr, saltar y babear, no estar acurrucadito en el regazo del DdC viendo la tele o tocándole los huevos (y lo digo en sentido literal). Lo mismo lo extiendo a conejos, hurones, serpientes, gatos, iguanas, escorpiones, ratas y demás animales que serían mucho más felices en su hábitat natural y no secuestrados para que alguien se sienta menos infeliz.

Clásico ejemplo de disfunción emocional

Es curioso cómo los supuestos "amantes" de los animales se llenan la boca (y el muro de Facebook con esas estúpidas fotos para remover nuestra conciencia, si se tiene) abanderando la causa animal, cuando te das cuenta después la cantidad de pieles que estos mismos sujetos tienen en su armario y ver cómo sacan a un animal de su hábitat para decorar su habitación con un terrario o para simplemente cubrir sus déficits emocionales con alguien que te reciba en la puerta de casa a ladridos... pero este es otro tema.

Hay que aclarar que tener animales no te convierte de por sí en un DdC (no te me ofendas), pero sí que probablemente todos los DdC tengan animales en casa, que además suelen humanizar de manera vomitiva y rozando la ilegalidad me atrevería a decir, además de besarles, abrazarles y tocarles de manera muy poco "sana" en todos los sentidos.

Un DdC puede desarrollar diferentes conductas en función de diversos factores:

El rol clásico de DdC sería el típico perfil de persona de autoestima destruida que enseguida se engancha emocionalmente de alguien nada más haberlo conocido, siempre y cuando le ha mostrado un mínimo de atención vía emocional o sexual (por ejemplo, rollo de una noche). Da igual que la otra persona se lo deje claro, que tenga una doble vida y solo quiera sexo, que maltrate emocionalmente al DdC... todo esto no tiene importancia mientras le preste algún tipo de atención emocional o pseudo emocional (es decir, que el DdC crea que follar es una forma de sentirse un poco querid@). En este caso, actuarán como si ya hubieran adquirido compromiso y se engancharán emocionalmente a las primeras de cambio con lo que pasarán a actuar fuera de lugar, cual enamorad@s, con una rapidez extrema. Acabarán agobiando y obsesionándose de tal manera que generan un efecto huida en el afectado, o simplemente se aprovecharán de ellos con una expectativa de posible relación que nunca se llegará a cumplir, provocando la consiguiente sensación de "cabrón", "me has utilizado", "pensaba que eras de otra forma", bla bla bla que ya sabemos.

El clásico Empalma-Parejas: Es el espécimen más fácilmente detectable. Típica persona que no sabe estar sola y que ha ido empalmando parejas. Si conoces su currículum emocional se detecta a la primera porque además suelen fracasar todas sus relaciones. Cuando está en in-pass de una pareja a otra, suele aparentar entrar en un estado de cazador/a muy activo/a, pero no nos dejemos engañar. El empalma parejas también se ve rápidamente porque sueles detectar su destruida autoestima a través de inseguridad, defensividad extrema y ciertos clichés de falsa seguridad que son excesivamente postizos. Un claro ejemplo serían las conductas asociadas al Efecto Faubert. Además, en esta modalidad de Demandante de Cariño, el/la Empalma-Parejas en "in-pass" entre dos relaciones (normalmente siempre porque la dejan) se sentirá una persona muy desgraciada en sus momentos de soledad o borrachera y su caza irá directamente orientada a restablecer su estatus de emparejado. Cualquier persona que mínimamente perciba como de hipoteca le valdrá y acostumbrará a enamorarse a la velocidad del rayo, pensando que ha encontrado a su media naranja y que, "esta vez sí", por fin, le va a ir bien y será la persona definitiva... porque además el DdC necesita pensar que está por llegar alguien del que para siempre estará loc@ y apasionadamente enamorad@ y cuentos chinos de este tipo.

Otra tipología de DdC más difícil de detectar, es un tipo específico de Calientapollas-Calientacoños, que no solo se dedican a "jugar" y subirse un rato la autoestima en una noche de fiesta, sino que hay una conducta bastante patológica detrás de necesidad de cariño, atención, autoestima, etc. Son l@s Promiscuos Emocionales. Los PE suelen ser personas que han desarrollado por capricho de la naturaleza un físico potente pero emocionalmente cursan con problemas de cariño desde la infancia, familia desestructurada, problemas de bullying en el colegio, infancia difícil, depresión, drogas, etc. Todos suelen estar siempre emparejados (son empalma-parejas también). Necesitan de manera compulsiva generar enganches emocionales de otras personas hacia sí mismas, vía calienta-gónadas y basado en la expectativa clásica de follar o incluso tener algo más con la víctima. Buscan en definitiva, enamorar a sus víctimas para que las agasajen, las lleven a cenar o les propongan planes interesantes, etc pero siempre frenando en el momento en que puede haber una tensión sexual para que el otro no se flipe, con la clásica frase de: "te veo como un amig@" o "no era mi intención darte a entender esto...". 

Como decía al principio todos podemos ser DdC en momento puntuales. Creo que el problema es que hay muchas personas en las que, debido a sus problemas emocionales de base, este rol es un rasgo predominante de su personalidad. Todos tenemos a alguien en la cabeza... Además, tenemos que aprender a distinguirlos bien, ya que suelen ser bastante molestos y nos pueden poner en problemas.